Falleció Lévi-Strauss; enseñó que “la riqueza humana está en la diversidad”
El Mercurio Miércoles 04 de Noviembre de 2009
Murió Claude Lévi-Strauss, gran antropólogo del siglo XX
Constanza Rojas y M.Lennon
"El hombre arraigado en el mito, con los medios que le son propios, se hace e intenta responder preguntas que no difieren en absoluto de las nuestras, sólo que nosotros confiamos en que disciplinas científicas nos darán las respuestas", dijo Claude Lévi-Strauss. Y esta reivindicación del mito como explicación legítima del mundo, ponía de relieve una idea aun más revolucionaria: que las culturas indígenas no eran inferiores a las más civilizadas. Todos los pueblos comprendían una gran complejidad. La afirmación resignificó la palabra "cultura", traspasó la frontera de su disciplina, la antropología, y también de su tiempo: pasó a la posteridad.
Claude Lévi-Strauss murió el domingo en la madrugada a días de cumplir los 101 años. Fue uno de los antropólogos más influyentes del siglo XX y gran representante del estructuralismo, corriente que dominó el pensamiento humano por décadas. Bajo su consigna, todo debía ser visto como elemento de un sistema y en relación al resto de sus partes. Lévi-Strauss, nacido en Bélgica y crecido en Francia, emigró a Estados Unidos en 1941 escapando del antisemitismo. No fue el único, y ahí, al encontrarse con pares como Roman Jakobson, el estructuralismo se fortaleció. Traspasó a la literatura, las artes visuales, la música y la sicología. Su "Antropología estructural" (1958) no ha dejado de ser estudiada.
Lévi-Strauss observó las comunidades indígenas de Amazonía, de lo que surgió "Tristes trópicos" (1955). El libro fue reconocido no sólo por su lucidez, sino también por su calidad literaria. "Es también un escritor fascinante, interesantísimo, el volumen está entre la etnografía y el libro de viajes, es un relato narrativo-descriptivo", dice la filósofa Carla Cordua.
En sus recorridos, Lévi-Strauss buscaba algún rasgo que fuera universal. Descubrió que la prohibición del incesto era una constante, y lo analizó en "Las estructuras fundamentales del parentesco" (1949). Luego, en sus sucesivas "Mitológicas", reunió ensayos como "Lo crudo y lo cocido", en que sitúa a la cocina como compleja expresión antropológica. Lo crudo es lo natural. Se convierte en cocido tras pasar por la cultura y en podrido si no interfiere la civilización.
Como toda figura pública, Lévi-Strauss estuvo también en el ojo de la crítica. Fue cuestionado por sus métodos de trabajo y por su tan recordada frase "odio los viajes y los exploradores", pecado para los antropólogos. Pero su llegada al centenario el año pasado fue celebrada en espacios como la Biblioteca Nacional de Francia y el Quai Branly. Y su decisivo lugar en el desarrollo de las ciencias sociales resulta innegable.
Constanza Rojas y M.Lennon
"El hombre arraigado en el mito, con los medios que le son propios, se hace e intenta responder preguntas que no difieren en absoluto de las nuestras, sólo que nosotros confiamos en que disciplinas científicas nos darán las respuestas", dijo Claude Lévi-Strauss. Y esta reivindicación del mito como explicación legítima del mundo, ponía de relieve una idea aun más revolucionaria: que las culturas indígenas no eran inferiores a las más civilizadas. Todos los pueblos comprendían una gran complejidad. La afirmación resignificó la palabra "cultura", traspasó la frontera de su disciplina, la antropología, y también de su tiempo: pasó a la posteridad.
Claude Lévi-Strauss murió el domingo en la madrugada a días de cumplir los 101 años. Fue uno de los antropólogos más influyentes del siglo XX y gran representante del estructuralismo, corriente que dominó el pensamiento humano por décadas. Bajo su consigna, todo debía ser visto como elemento de un sistema y en relación al resto de sus partes. Lévi-Strauss, nacido en Bélgica y crecido en Francia, emigró a Estados Unidos en 1941 escapando del antisemitismo. No fue el único, y ahí, al encontrarse con pares como Roman Jakobson, el estructuralismo se fortaleció. Traspasó a la literatura, las artes visuales, la música y la sicología. Su "Antropología estructural" (1958) no ha dejado de ser estudiada.
Lévi-Strauss observó las comunidades indígenas de Amazonía, de lo que surgió "Tristes trópicos" (1955). El libro fue reconocido no sólo por su lucidez, sino también por su calidad literaria. "Es también un escritor fascinante, interesantísimo, el volumen está entre la etnografía y el libro de viajes, es un relato narrativo-descriptivo", dice la filósofa Carla Cordua.
En sus recorridos, Lévi-Strauss buscaba algún rasgo que fuera universal. Descubrió que la prohibición del incesto era una constante, y lo analizó en "Las estructuras fundamentales del parentesco" (1949). Luego, en sus sucesivas "Mitológicas", reunió ensayos como "Lo crudo y lo cocido", en que sitúa a la cocina como compleja expresión antropológica. Lo crudo es lo natural. Se convierte en cocido tras pasar por la cultura y en podrido si no interfiere la civilización.
Como toda figura pública, Lévi-Strauss estuvo también en el ojo de la crítica. Fue cuestionado por sus métodos de trabajo y por su tan recordada frase "odio los viajes y los exploradores", pecado para los antropólogos. Pero su llegada al centenario el año pasado fue celebrada en espacios como la Biblioteca Nacional de Francia y el Quai Branly. Y su decisivo lugar en el desarrollo de las ciencias sociales resulta innegable.
Pasar a la nada no me agrada, pero tampoco me intranquiliza, opinaba sobre la muerte
Falleció Lévi-Strauss; enseñó que “la riqueza humana está en la diversidad”
El etnólogo-filósofo dotó de nuevos significados a los conceptos de raza, cultura y evolución
Lévi-Strauss manifestó especial interés el pasado agosto, como informó La Jornada, por las actividades en torno al Día Internacional de los Pueblos Indígenas. El pensador francés, en noviembre de 2005
Dpa y Afp
Periódico La Jornada Miércoles 4 de noviembre de 2009, p. 5
París, 3 de noviembre. Alejado de la vida pública, el antrópologo y etnólogo francés Claude Lévi-Strauss falleció en la madrugada del domingo, antes de cumplir, el 28 de noviembre, 101 años de edad, confirmó la Academia Francesa.
El maestro de la antropología moderna y padre del enfoque estructuralista en las ciencias sociales exploró el tema de las comunidades indígenas en sus inicios, observando a grupos autóctonos en la selva amazónica.
Otra versión es la del profesor Philippe Descola, quien sucedió a Lévi-Strauss a la cabeza del Laboratorio de Antropología Social, en el Colegio de Francia, quien indicó que el autor de Tristes tópicos –uno de los grandes libros del siglo XX– murió el viernes pasado y ya fue sepultado. Las exequias, dijo citando a familiares del intelectual, se efectuaron el lunes en Lignerolles, al oeste de Francia, donde Lévy-Strauss tenía una residencia.
Incluso en su retiro, Lévi-Strauss ha sido referencia obligada para el pensamiento y su trabajo continúa vigente no sólo en el campo antropológico, sino en las ciencias sociales. En tiempos recientes fue profesor de filosofía.
De la filosofía a la antropología
Hace más de un década, Lévi-Strauss dijo a radio France Culture: “Te felicitan a los 90 años porque piensan que no llegarás a los cien”. En otra ocasión dijo: “Me convertí en antropólogo huyendo de la filosofía”.
En noviembre de 2008 le fueron dedicadas jornadas académicas, homenajes, lecturas, maratones televisivos y hasta el Museo Quai Branly, de París, nombró Lévi-Strauss a su teatro.
En el contexto de la celebración de su centenario, Koichiro Matsuura, director de la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, dijo que gracias al estudioso francés “sabemos que la riqueza de la humanidad reside en la diversidad” y ese organismo internacional lo llamó “uno de los grandes intelectuales del siglo XX”.
No obstante, en ninguno de los actos en su honor estuvo presente, ni siquiera el que le rindió la Academia Francesa, de la que formaba parte desde 1973.
Lévi-Strauss es reconocido por haber fundado la antropología estructural, aplicando el modelo lingüístico de Saussure, con influencia de Roman Jakobson y Sigmund Freud. Y aunque el estructuralismo surgió desde la segunda década del siglo XX, con el investigador francés alcanzó trascendencia en otros campos del pensamiento social.
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El etnólogo-filósofo dotó de nuevos significados a los conceptos de raza, cultura y evolución
Lévi-Strauss manifestó especial interés el pasado agosto, como informó La Jornada, por las actividades en torno al Día Internacional de los Pueblos Indígenas. El pensador francés, en noviembre de 2005
Dpa y Afp
Periódico La Jornada Miércoles 4 de noviembre de 2009, p. 5
París, 3 de noviembre. Alejado de la vida pública, el antrópologo y etnólogo francés Claude Lévi-Strauss falleció en la madrugada del domingo, antes de cumplir, el 28 de noviembre, 101 años de edad, confirmó la Academia Francesa.
El maestro de la antropología moderna y padre del enfoque estructuralista en las ciencias sociales exploró el tema de las comunidades indígenas en sus inicios, observando a grupos autóctonos en la selva amazónica.
Otra versión es la del profesor Philippe Descola, quien sucedió a Lévi-Strauss a la cabeza del Laboratorio de Antropología Social, en el Colegio de Francia, quien indicó que el autor de Tristes tópicos –uno de los grandes libros del siglo XX– murió el viernes pasado y ya fue sepultado. Las exequias, dijo citando a familiares del intelectual, se efectuaron el lunes en Lignerolles, al oeste de Francia, donde Lévy-Strauss tenía una residencia.
Incluso en su retiro, Lévi-Strauss ha sido referencia obligada para el pensamiento y su trabajo continúa vigente no sólo en el campo antropológico, sino en las ciencias sociales. En tiempos recientes fue profesor de filosofía.
De la filosofía a la antropología
Hace más de un década, Lévi-Strauss dijo a radio France Culture: “Te felicitan a los 90 años porque piensan que no llegarás a los cien”. En otra ocasión dijo: “Me convertí en antropólogo huyendo de la filosofía”.
En noviembre de 2008 le fueron dedicadas jornadas académicas, homenajes, lecturas, maratones televisivos y hasta el Museo Quai Branly, de París, nombró Lévi-Strauss a su teatro.
En el contexto de la celebración de su centenario, Koichiro Matsuura, director de la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, dijo que gracias al estudioso francés “sabemos que la riqueza de la humanidad reside en la diversidad” y ese organismo internacional lo llamó “uno de los grandes intelectuales del siglo XX”.
No obstante, en ninguno de los actos en su honor estuvo presente, ni siquiera el que le rindió la Academia Francesa, de la que formaba parte desde 1973.
Lévi-Strauss es reconocido por haber fundado la antropología estructural, aplicando el modelo lingüístico de Saussure, con influencia de Roman Jakobson y Sigmund Freud. Y aunque el estructuralismo surgió desde la segunda década del siglo XX, con el investigador francés alcanzó trascendencia en otros campos del pensamiento social.
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