SOCIEDAD DE BIBLIÓFILOS CHILENOS, fundada en 1945

Chile, fértil provincia, y señalada / en la región antártica famosa, / de remotas naciones respetada / por fuerte, principal y poderosa, / la gente que produce es tan granada, / tan soberbia, gallarda y belicosa, / que no ha sido por rey jamás regida, / ni a extranjero dominio sometida. La Araucana. Alonso de Ercilla y Zúñiga

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Location: Santiago de Chile, Región Metropolitana, Chile

Editor: Neville Blanc

Sunday, January 30, 2011

CARTAS DE JUAN EMAR Y CARMEN CUEVAS MACKENNA



Hallazgo Nuevo epistolario:
Publican reveladoras cartas de Juan Emar

Tres investigadores acaban de editar la correspondencia que el autor de Umbral mantuvo con Carmen Cuevas Mackenna entre 1941 y 1946. Varias misivas tienen coloridos dibujos del escritor.

El Mercurio Revista de Libros Santiago de Chile
domingo 30 de enero de 2011
Actualizado a las 6:32 hrs.

Pedro Pablo Guerrero
Casa de campo, 1940. Mientras la guerra destruye Europa, Juan Emar y su segunda esposa, Gabriela Rivadeneira, organizan tertulias en el fundo La Marquesa, cerca de Leyda, camino a San Antonio. Llegan Vicente Huidobro, Eduardo Anguita, Miguel Serrano, a veces Neruda y Delia del Carril. Los invitados -recuerda Leopoldo Castedo en sus memorias- escuchan discos de Erick Satie y matan el tiempo jugando al "Asesino": cortan la luz y deben reconocerse por el tacto. Las estanterías con los nueve mil ejemplares sin vender de las tres novelas ( Ayer , Un año y Miltín 1934 ) publicadas por el dueño de casa son otro mortificante recordatorio de sus extravagancias y su ineptitud artística.

Los esposos viven en sectores distintos de la casa. Se mandan cartas. Incluso algunas noches se pasan mensajes por debajo de la puerta. En el diario que lleva, Emar confiesa su anhelo de disponer de una "independencia total" en el matrimonio. Plegarias atendidas. El último mes de 1940 conoce a Carmen Cuevas Mackenna, quince años menor. En realidad, se conocen desde siempre, porque ella es amiga de su esposa, razón por la cual se siente obligada a pedirle permiso para salir con él. Carmen está separada y vive junto a sus hijos en el fundo de su madre, en San Juan de Pirque. Los enamorados comienzan a mandarse cartas de un fundo a otro.

El tono no es muy romántico. "Gun, yo no sé ser el 'Galán 100%'; Gun, se me olvidó cómo ha de ser el 'Galán Químicamente Puro'. ¡Comprenda, niñita!", le dice Juan Emar el 6 de septiembre de 1941.

Gun era Carmen Cuevas. En otras cartas la llama {$162} también Guni, Gi, Gungún, Guarén, Chingüe, Pilita, Bárbara Pirque y con más frecuencia & , por alguna razón que sólo conocía el escritor. Tal vez un chiste privado o ideograma secreto, precursor de los "emoticones" tipográficos que hoy proliferan en internet.

Musa y salvadora

Pocos autores chilenos han publicado, después de muertos, más libros que Juan Emar. A los epistolarios con su hija Carmen Yáñez y su musa francesa, Pépèche -editados en 1998 y 2007, respectivamente- ahora se suma Cartas a Guni Pirque, que reúne las misivas enviadas por Emar entre 1941 y 1946, mientras escribía los primeros tomos de Umbral .

Los avezados editores del libro publicado por Ediciones Universidad Católica de Chile, -Pablo Brodsky, Patricio Lizama y Carlos Piña- demuestran en el prólogo que Carmen Cuevas estimuló y dio sentido a la obra magna de Emar, convirtiéndose no sólo en destinataria de su correspondencia, sino también en un personaje literario central y en la motivación para refundar su vida.

"Yo le debo a usted 3 cosas: a) haberme librado de la esclavitud de una R [Rivadeneira]; b) haberme sacado del alcohol; c) haberme hecho trabajar" (10-X-41), le agradece el autor.

En las cartas, Carmen Cuevas aparece transfigurada como Guni, apelativo que, según conjeturan los editores, evocaría a la mujer en su sentido universal: del griego gynê , mujer. Un arquetipo. Pero también una persona real, histórica, afincada en Pirque, que dio clases de guitarra y dedicó buena parte de su vida a divulgar la música folclórica por todo el continente. Tras morir, a los 95 años, su nuera María Teresa García Hernández, casada con Ricardo Guillón Cuevas, entregó las cartas a Carlos Piña y consiguió la autorización para que fueran publicadas. "Ella fue fundamental, pues conoció mucho a Carmen Cuevas y convenció a su marido y a la familia de la importancia de esta correspondencia", revela Patricio Lizama.

Es evidente que Carmen Cuevas, más allá de consideraciones sentimentales, conocía bien el valor documental de las cartas. Por algo las conservó hasta su muerte. "Cada una en separadores plásticos, dentro de una carpeta, cuidadosamente numeradas", advierte Pablo Brodsky.

Lamentablemente no se ha conservado ninguna de las que ella le envió a Emar. No estaban, al menos, en los archivos del escritor, lo que hace presumir que las quemó Gabriela Rivadeneira, con quien estuvo casado hasta 1947. Esta ausencia impide establecer si Carmen Cuevas correspondió la pasión epistolar del escritor carta por carta o si, como parece desprenderse del tono suplicante de Emar ("¡Escríbame, escríbame, por favor!", 1-IX-41), las respuestas fueron más bien escasas.

El agradecido entusiasmo que manifiesta el hablante cuando obtiene noticias de su amada confirma esta impresión: "¡Gracias, gracias por su estupenda cartita adorada! Soy como un niño arrodillado ante usted. ¡Nunca más sombras! Que todo sol, rojos, amarillos, anaranjados. Y azules y violetas cuando la bese hasta morir." (7-VIII-41). Precisamente los colores que Emar escoge para hacer los dibujos -reproducidos en el volumen- que incluye en varias de sus cartas más poéticas.

"El prurito, la pulsión, era de Emar. Carmen Cuevas era más bien receptora", opina Brodsky.

Juego de máscaras

En las metamorfosis del deseo, la amada aparece transfigurada en "flor de quillay", "emperatriz mía", "Compota de Peras", "Majestad", "Esclava", "niñita de las bandurrias". Se trata, desde luego, de una puesta en escena, una representación, un juego de máscaras en el que el autor incluso borra su identidad firmando sus cartas con un dibujo indescifrable.

Es el mismo Emar de siempre, pero en estos textos de uso privado se muestra menos cerebral y contenido que en sus novelas y relatos vanguardistas. Transparencia de los afectos que se repite en la manifestación de los desafectos. A medida que la relación se deteriora, los apelativos se van enfriando: Carmen se transforma en "Camo", "Camencho", "Camenchuelo", "Camillo" y "Camastro". Predominan asimismo las reflexiones melancólicas: "Había olvidado también que los cigarrillos, como los hombres desdichados, se apagan solos cuando son abandonados" (VI-45).

Cartas a Guni Pirque no defraudará a los lectores de Emar, quienes encontrarán en el prólogo una detallada contextualización histórica y biográfica de esta correspondencia; considerada por los editores, con toda propiedad, "El taller de Umbral ".

EL POEMA DE ERCILLA




Su vigencia Poema de Alonso de Ercilla:
La Araucana en el siglo XXI

Seis autores rinden tributo al gran poema de Alonso de Ercilla. Sus versos, eclécticos y universales, permiten desde la alabanza a los indígenas hasta el canto de la conquista, componiendo una crónica del mestizaje. Así lo atestiguan las declaraciones de Armando Uribe, Elicura Chihuailaf, Óscar Hahn, Jaime Luis Heunún, Manuel Silva Acevedo y Maribel Mora.

El Mercurio Revista de Libros Santiago de Chile
domingo 30 de enero de 2011
Actualizado a las 6:32 hrs.

FRANCISCO VÉJAR
A 441 años de su publicación, sigue siendo un referente para escritores chilenos y extranjeros. Sin ir más lejos, el poeta y narrador argentino Andrés Neuman publicó el volumen misceláneo Cómo viajar sin ver Latinoamérica en tránsito (Alfaguara, Madrid, 2010). Allí, en el capítulo "Santiago, el orden ensimismado", escribe: " La Araucana de Ercilla y su discurso fronterizo (es) el relato de un conquistador que no puede evitar la fascinación por los personajes conquistados. Hablamos de cómo ese poema ha sido utilizado como testimonio patriótico en ambas orillas: la gran epopeya conquistadora española, la épica resistencia indígena".

Desde hace cuatro años, La Araucana tiene una versión al mapudungun. La selección la hicieron Herman Schwember y Adriana Azócar, y la traducción estuvo a cargo de Elicura Chihuailaf y Manuel S. Manquepi. Fue publicada por el Ministerio de Educación y su título mapuche es Ta awkan mapu new . En abril de este año, Editorial Pfeiffer publicará una nueva versión en prosa, de Jorge Ibáñez Ibarra, y Universitaria reimprimirá la selección preparada por Guillermo Araya en 1969, añadiendo una copia en formato digital.

Alonso de Ercilla, quien fuera paje del príncipe Felipe (más tarde rey de España), decidió partir a las Indias tras una desilusión amorosa. Llegó a Perú en junio de 1556, junto al virrey Andrés Hurtado de Mendoza. Tiempo después, con el hijo de este último, García Hurtado de Mendoza -recién nombrado gobernador y capitán general de Chile-, viaja hacia la zona de la sublevación mapuche. En 1557 llegó a Concepción. Fue uno de los descubridores de Chiloé y participó en numerosas batallas, presenciando la muerte de Caupolicán, protagonista de su poema. Sólo diecisiete meses permaneció en territorio nacional. Pero bastaron para que diera forma a su composición, que consta de 37 cantos, divididos en tres partes y escritos en octavas reales. Andrés Bello la calificó como "La Eneida de Chile".

Descubrir su actual influjo en las letras nacionales es un desafío formidable. Tres poetas mapuches y otros tres nacionales responden las mismas preguntas: ¿Cuál sería la vigencia de La Araucana ? ¿Está dentro de su poética? ¿La poesía chilena moderna nace con Alonso de Ercilla en el siglo XVI?

Armando Uribe Guerra ancestral
"La historia de este extravagante país, Chile, no se entiende sin el hecho político y cultural de La Araucana , con sus temas, episodios claves e influencia (desde lo escolar hasta su peso intelectual, no sólo en términos de celebraciones con fechas, sino también en cuanto a sus líneas impresas en el subconsciente de buena cantidad de chilenos).

Estoy cierto de que cuanto escribo sobre el país y también de América del Sur, en prosa y en verso, tiene presente La Araucana , sea consciente o inconscientemente. Un ejemplo explícito: la parte histórica y aún la social de mis Críticas de Chile .

Creo que sería útil hacer una edición de pasajes 'selectos', publicando los episodios que, además de contener valor literario, constituyan un repertorio amplio con las fuentes de la mitología chilena y americana, como el suceso, entre muchos con valores psicológicos, históricos y antropológicos (amén de literarios), del suplicio de Caupolicán.

No cabe duda de que la poesía que ha suscitado Chile, desde su existencia con dicho nombre, tiene su comienzo en la tremenda piedra angular de La Araucana .

Chile es el caso único, en América y otras partes del mundo conocido en el siglo XVI, de un país que nace a la historia por la guerra y continúa siendo una nación y un Estado en el siglo XXI, cuya guerra fundadora comenzó a escribirse en La Araucana . Dicho conflicto ancestral está reflejado en buen verso castellano en una epopeya duradera a través de los siglos, así como en algunas potencias europeas. El valor literario de La Araucana en la poesía mundial fue reconocido hasta por Voltaire, en el prefacio de su propia epopeya La Henriade .

La poesía chilena exige considerar, por proyección y contraste, La Araucana en cuanto antecesora y hasta en guisa de epígrafe... Sin embargo, la actual inclinación mañosa a la negación de la patria, Chile, descarta el valor presente (y urgente) de La Araucana . Y al resto de la poesía genuina que tenemos".

Jaime Luis Huenún Influjo subterráneo
" La Araucana es un clásico ineludible y su vigencia literaria, política y cultural es a la vez evidente y subterránea. Para mí sigue siendo el mejor reportaje poético de la cruenta Guerra de Arauco. Creo que ciertos pasajes gravitan en algunos de mis poemas, especialmente en aquellos que se articulan a través de un español arcaico.

Como La Araucana es un poema del cual todos hemos escuchado o leído algún fragmento, creo que algo de su sonoridad, de su ritmo y su lenguaje se han adherido a secciones importantes de la poesía nacional. Una nueva edición de carácter crítico y a la vez amable con el lector es muy necesaria. Sería un justo acierto que en ella participaran, por primera vez, no sólo especialistas chilenos, sino también escritores, historiadores y académicos mapuches.

El poema de Ercilla nace y se sitúa en territorio mapuche. Tanto nuestra geografía como la presencia protagónica de sus héroes indígenas 'araucanizan' o 'mapuchizan' zonas importantes de este poema, mestizando el canto épico castellano y generando un discurso lírico complejo que da cuenta de la lucha independentista mapuche y los trabajos bélicos de la conquista hispana. En este sentido, es el primer gran texto poético surgido en lo que ahora denominamos Chile, y refiere conflictos que serán centrales en la poesía y la historia nacional posterior".

Elicura Chihuailaf Octavas ocultas
" La Araucana nunca ha tenido vigencia verdadera, salvo algunas octavas que la oligarquía chilena ha escogido como representativas de lo que autoritariamente supone son sus cualidades. Me parece que varias octavas han sido ocultadas y que resumen la visión de Alonso de Ercilla respecto del pueblo mapuche.

'Entre todos hemos ido borrando La Araucana , apagando los diamantes del español Ercilla', escribió Pablo Neruda. En algunas de dichas octavas 'olvidadas', dice don Alonso: 'La sincera bondad y la caricia / de la sencilla gente de estas tierras / daban bien a entender que la codicia / aún no había penetrado aquellas sierras; / ni la maldad, el robo, la injusticia / (alimento ordinario de las guerras) / entrada en esta parte habían hallado / ni la ley natural inficionado'.

Y agrega: 'Pero luego nosotros, destruyendo / todo lo que tocamos de pasada, / con la usada insolencia el paso abriendo / les dimos lugar ancho y ancha entrada; / y la antigua costumbre corrompiendo, / de los nuevos insultos estragada, / plantó aquí la codicia su estandarte / con más seguridad que en otra parte'. Ante la reiterada descripción del toki maravilloso, Kallfvlikan, como casi un 'rambo' mapuche, dice: 'Es cosa en que mil gentes han parado, / y están en duda muchos hoy en día, / pareciéndoles que esto que he contado / es alguna ficción y poesía: / pues en razón no cabe que un senado / de tan gran disciplina y policía / pusiese una elección de tanto peso / en la robusta fuerza y no en el seso'.

En La Araucana está parte de la memoria de nuestro pueblo: la visión de mundo propio y la presencia de algunos de nuestros grandes líderes / lonkos / kimches / tokis como Colo Colo, Caupolicán, Lautaro, Galvarino, Elicura; y la sabia, maravillosa convicción de Fresia, Guacolda y Tegualda".

Óscar Hahn Fundación poética
"El problema es que La Araucana pertenece a un género literario que ya no tiene vigencia: la poesía épica escrita en octavas reales. Las grandes narraciones sobre una nación o un individuo están ahora en manos de la novela y el cine. Entonces, no es recomendable que se obligue a los alumnos de la Enseñanza Media a leer La Araucana en su forma original, porque lo que se consigue con eso no es incentivar la lectura, sino el efecto contrario.

Para escribir algo análogo a La Araucana el poeta debería tener un proyecto épico-lírico como el de Pablo de Rokha en la Epopeya de las comidas y las bebidas de Chile , o el de Pablo Neruda en su Canto general ; es decir, tendría que sentirse el vocero de toda una nación y desear que el pueblo hablara a través de sus palabras. Nada más alejado de mi proyecto personal. Yo sólo me siento vocero de mí mismo y de mis demonios internos.

Si se quiere que los jóvenes y los lectores no especializados tengan algún conocimiento sobre La Araucana es más realista darles una versión en prosa, como la que publicará la Editorial Pfeiffer. Y, ojo, yo no excluyo que pudiera aparecer en forma de cómic. En cambio, los universitarios que quieren especializarse en literatura hispanoamericana deberían leerla en alguna edición crítica, pero tal como fue escrita por don Alonso de Ercilla".

Manuel Silva Acevedo Héroes ensalzados
" La Araucana es el poema fundacional de nuestra identidad de nación mestiza, identidad que aún hasta hoy nos cuesta aceptar y asumir. Como suele ocurrirnos, tuvo que ser un extranjero quien nos mostrara la grandeza y el drama anidado en nuestras raíces. Por ello su vigencia es permanente en el tiempo y en la memoria colectiva. Su épica cuasi mitológica ha contribuido a enaltecer figuras heroicas de nuestra prehistoria republicana, como Caupolicán, Galvarino, Lautaro, Colo Colo y otros guerreros mapuches.

Aunque no de manera consciente, creo que toda la gran poesía chilena que se ha escrito desde La Araucana en adelante es, en cierto modo, tributaria de ese poema. Pienso, por ejemplo, en El poema de Chile de Gabriela Mistral, el Canto General de Pablo Neruda, la Epopeya de las comidas y bebidas de Chile de Pablo de Rokha. En mi caso particular, creo que Lobos y ovejas tiene un parentesco lejano con el antagonismo, la violencia y la fusión de dos sangres (la sangre española y la mapuche) que canta La Araucana .

La poesía chilena en lengua castellana nace con La Araucana . Pero poesía mapuche oral hubo antes, durante y después de la llegada de los huincas. La vida cotidiana del pueblo mapuche, su relación con la tierra, los ríos y la naturaleza toda estuvo, está y estará impregnada de una profunda y reverencial poética del espacio, del fuego, del agua y de la ensoñación, como hemos podido degustar en la escritura de notables poetas recientes, como Elicura Chihuailaf, Jaime Huenún, Graciela Huinao, Leonel Lienlaf y tantos más".

Maribel Mora Curriao Nación única o múltiple
"Quizás la vigencia de La Araucana radica en el punto más complejo de abordar: la preexistencia del pueblo mapuche a la conquista española y su presencia actual. No se trata de cuestiones meramente literarias -aunque sea menos engorroso abordarlas desde allí-; son hechos reales y medibles no sólo a través de documentos históricos, sino también en la mantención de discursos y prácticas socioculturales que, aunque híbridas o sincréticas, dan cuenta de esa especificidad reivindicada. Petu mongenleiñ, petu mapuchengeiñ, decimos aún. Todavía estamos vivos, todavía somos mapuche. La Araucana me ronda, por cierto, pero en su reverso. En saberme parte de un pueblo que poco o nada ha tenido en beneficio por ser descendiente de Michimalonko o Kallfulikan. No somos más que 'los nietos de Lautaro tomando la micro', dice certeramente el poeta David Aniñir. La Araucana es un texto que se reedita en la memoria chilena, de tanto en tanto. Releerla hoy, más allá de la gloriosa épica que nos han presentado, es adentrarse en los sustentos ideológicos e históricos que fundan este país".

LOS URREJOLA


FAMILIAS Vascos, realistas y emprendedores:
Memorias del éxodo penquista: los Urrejola de Concepción

El libro recién publicado por Eduardo Urrejola sobre la historia de esa familia en Chile puede ser visto como la evolución social más amplia de una región importante que busca su identidad y autonomía respecto del centralismo.
El Mercurio Artes y Letras Santiago de Chile
domingo 30 de enero de 2011
Actualizado a las 6:32 hrs.

Armando Cartes Montory
Un fenómeno interesante en la conformación de la sociedad chilena, que no ha sido estudiado suficientemente, es el éxodo de familias provincianas hacia Santiago. El crecimiento desmesurado de la urbe se ha nutrido, ya desde el primer siglo republicano, con el arribo de migrantes de todas las regiones del país. Llegan, en general, buscando oportunidades laborales o educativas, atraídos por la concentración creciente de poder económico y político en la capital. Desde mediados del siglo XX, el proceso se acelera, impulsado por la política de industrialización o "crecimiento hacia adentro" vigente entonces, que promovió un Estado hipertrofiado, a cuyas decisiones se ató el destino de las empresas provinciales.

En otros casos, la migración se debió a circunstancias adversas, puntuales o estructurales, que vivieron las provincias, tales como crisis económicas, desastres naturales o guerras civiles. Todo ello promovió la marcha de diversos grupos sociales, en especial, de las élites provinciales. De manera muy significativa, fue el caso de la provincia de Concepción. Otrora rival orgullosa de la capital, las guerras de independencia, que se pelearon en su territorio y sus secuelas, asestaron un duro mortal a la economía regional. Nunca se recuperaría totalmente. Sus orgullosos comerciantes que se relacionaban directamente con Lima, pasaron a depender de Santiago o del incipiente comercio inglés de Valparaíso. El bandolerismo, las incursiones indígenas y la llamada "Guerra a muerte" retardan la reactivación económica hasta la década de los 30... cuando un gran terremoto con salida de mar -"La Ruina", ocurrida el 20 de febrero de 1835- echa por tierra los sueños sureños de recobrar su pasado poderío. En la segunda mitad del siglo, luego del auge del comercio triguero, que llevó a la harina salida de los puertos de Talcahuano o Tomé hasta Australia y California, la provincia inicia un temprano ciclo de desarrollo industrial.

La malograda participación provincial en la Revolución de 1851, en que las fuerzas del Gobierno, encabezadas por Manuel Bulnes, baten a las del general José María de la Cruz -su primo, ambos penquistas- privan en adelante a Concepción de toda participación decisiva en la política nacional. La atomización de su territorio, con la creación de varias provincias, reduce su esfera de influencia geográfica. Ya en el siglo XX, los terribles terremotos de 1939 y 1960 borran los restos de la ciudad colonial. Surge, en las décadas siguientes, una ciudad modernista y pujante, con una economía de base industrial, pesquera y forestal; pero que hoy presenta lamentables rezagos en el concierto nacional.

El éxodo de la élite regional

Cada uno de esos episodios se ha traducido en la pérdida irreparable de una porción de la élite regional. Muchos de aquéllos que fueron capaces de fundar un banco -más bien varios, pues los hubo en Rere, Chillán, Angol y Concepción- levantar un gran teatro y fundar una Universidad, ya no viven en los márgenes del Biobío. Es el sino del sur de Chile. Así ocurre también en la Araucanía. En Cañete, Lota o Arauco, por ejemplo, los vascos franceses, como los Larroulet, Duhart, Montory o Cigarroa, que desarrollaron grandes tiendas de ultramarinos y curtiembres, hicieron fundos y trajeron el progreso agrícola, ya han partido. Basta revisar la guía de teléfonos para comprobarlo.

Un listado de familias santiaguinas con orígenes penquistas, o con ramas de ese origen, sería demasiado extensa. A modo de referencia, mencionemos a los Del Río, Pradel, Alemparte, De la Cruz, Vial, Eguiguren, Hurtado, Serrano, Bulnes, Zañartu o Prieto. Más atrás en el tiempo, comenzando el siglo XVIII, en épocas de gran amistad entre las coronas española y francesa, llegaron muchos franceses a Penco e hicieron allí su vida: Letelier, Pinochet, Morandé, Caux (Coó) y tantos otros. Fueron estudiados por Fernando Campos H., en su libro "Veleros Franceses en el mar del sur". La mayoría se encuentra en Santiago y ha olvidado su pasado pencón o itatense. En estos tiempos, no obstante, a la vez centralistas y globalizados, conviene recordar las raíces regionales, que dan identidad y enriquecen el acervo familiar.

Los Urrejola: de Santiagueños a Santiaguinos

Una de las familias más destacadas, en esta diáspora intermitente, son los Urrejola. Llegados a Chile con Alejandro de Urrejola, a mediados del siglo XVIII, vivieron dos siglos largos en Concepción, en medio de las vicisitudes de la Independencia. Algunos permanecen, pero la mayoría ha abandonado el Biobío para asentar sus reales, hace una o ya varias generaciones, a orillas del río Mapocho, menos épico y caudaloso, pero aparentemente más soleado y fructífero.

Varios estudios habían dado cuenta del devenir de esta familia. Faltaba, sin embargo, un trabajo más definitivo, que diera cuenta del devenir de esta familia, desde la lejana Álava, hasta su actual situación, a horcajadas entre dos provincias.

Los Urrejola de Concepción. Vascos, realistas y emprendedores, casi sin proponérselo, logran mucho más que la exposición completa y ordenada del devenir de una familia. El relato ilustra grandes procesos de la historia del país, desde la perspectiva microhistórica de una familia de la élite penquista, ya casi completamente santiaguinizada. Su autor, el abogado Eduardo Urrejola Montenegro, profesional de intenso ejercicio y ajeno, por lo mismo, a los estudios históricos o a los trabajos académicos, ha producido, sin embargo, una obra del mayor interés. En sus 483 páginas, escritas con pluma suelta y no exenta de ingenio, entrega un ingente volumen de datos, anécdotas y agudas observaciones, que rectifican y completan los trabajos previos. El libro se apoya en una investigación de siete años, en archivos españoles y chilenos, decenas de entrevistas y la "inspección personal" del autor a las raíces de su propia historia, en especial a las tierras de Cucha-Cucha, a orillas del Itata.

El libro comienza revisando los orígenes vascos de la familia, en la península. En jornadas semiperdidas en la bruma del tiempo, viene a América Esteban de Urrejola, el fundador de la familia en este continente. Desde Santiago del Estero, décadas más tarde, en un viaje a España que jamás completará, llega a Concepción Alejandro de Urrejola y Peñalosa. Casa con Isabel Leclerc de Bicourt, hija de un francés llegado a Penco con el viajero Frézier. Así se inicia una historia sureña, que culminará dos siglos más tarde, con el traslado de Eduardo Urrejola González, padre del autor, el 20 de noviembre de 1964, a vivir a Santiago. Es el camino que siguieron muchos antiguos penquistas. "Triste efecto de la centralización capitalina, dice el autor, que en apenas un puñado de años, los primeros del siglo XX, despojó a la provincia de gente valiosa y con raíces". Se refiere, con estas palabras, a la familia de Eduardo Urrejola Lecaros, recordado miembro de la sociedad penquista, muerto en 1958. Fue el único de sus 12 hermanos que nunca abandonó Concepción; con excepción de Jorge, que se estableció en Arauco, los otros 10 se trasladaron a Santiago.

Los defensores del Rey

Los Urrejola de Concepción son recordados como realistas impenitentes, durante las Guerras de Independencia. Luis y Agustín Urrejola fueron diputados al primer Congreso Nacional, en 1811, por la provincia de Concepción. Sufrieron por ello persecución y sus tierras fueron confiscadas. La hacienda Cucha- Cucha, (ver recuadro) predio principal de la familia, fue entregada a Ramón Freire, por los servicios prestados a la patria. Fue recuperada después de un largo pleito, que duró casi cuarenta años. Las persecuciones fueron tales, que una rama de la familia debió huir a Lima y luego a España, donde se han multiplicado. El libro también los trata.

Agustín, en su exilio, llega todavía más lejos: se le ofrece el Obispado de Cebú, en Filipinas. Nunca llega a asumir, pero su hermano Luis, en cambio, logra convertirse en Superintendente de Hacienda en aquellas lejanas posesiones de la Corona. Fueron enemigos jurados del tribuno patriota Martínez de Rozas, al punto que éste juró "exterminar el apellido Urrejola". Paradojas de la vida, 88 años después, su bisnieta Mercedes Rozas, casó con Rafael Urrejola Mulgrew ¡y contribuyó con diez hijos a perpetuar el apellido!

Celebramos el trabajo de Eduardo Urrejola Montenegro, pues representa tanto un esfuerzo intelectual como una muestra de amor filial. Ha abordado con decisión la ardua tarea de desenredar la intrincada historia de su familia, en la cual los nombres y los apellidos se repiten infinitamente. Con ello, entrega pistas para seguir la larga estela de los Urrejola, ya no realistas ni pencones, aunque siempre vascos y católicos; pero, sobre todo, aporta claves para entender la evolución de la sociedad chilena: de rural a urbana y de provinciana a santiaguina.

La hacienda Cucha-Cucha

Este hermoso predio, plantado de viñas y a orillas del río Itata, se asocia ancestralmente a la familia, al punto que varios Urrejola -y un pariente Eguiguren- nacieron en las antiguas casas. Cucha-Cucha fue hacienda jesuita y, tras la expulsión de la orden, en 1767, fue adquirida en remate por Alejandro Urrejola.

A través de los años, el predio ha vivido vicisitudes, como el llamado combate de Cucha-Cucha, que tuvo lugar el 23 de febrero de 1814, en que se destacó el comandante patriota Santiago Bueras. Hubo también escaramuzas en la Revolución del 91. A lo menos dos grandes sismos, "la Ruina" de 1835 y el de 1939, que destruyó Chillán, echaron por tierra sus construcciones más antiguas. Jesuitas y mapuches, científicos franceses, como el naturalista Luis Née, de la expedición Malaspina, guerrillas patriotas y realistas y sobre todo barriles de vino, muchos miles de ellos, cruzaron el campo y luego el río Itata que bordea el fundo, en las tradicionales balsas, que la modernidad se ha llevado.

En su larga historia sufrió tres expropiaciones, en distintos momentos. Primero, de manos de los jesuitas; luego, como represalia tras la independencia y, finalmente, por la reforma agraria de Allende. Otro paño no expropiado, debió ser vendido hacia 1977, cuando la liberalización de la producción de vino hizo inviable, del punto de vista económico, sus tradicionales cepas país.

A pesar de los sucesos de dos siglos y medio, una pequeña fracción de la antigua estancia permanece todavía en manos de familiares. Con los años, se conformaron tres grandes fundos, conocidos como Cucha-Menchaca, Cucha-Cox y Cucha-Urrejola, según el nombre de sus respectivos dueños. Este último fundo perteneció a Gonzalo Urrejola, fue expropiado en la reforma agraria y 500 hectáreas, apenas un cuarto de las 2 mil expropiadas, fueron devueltas a la familia recién en 1978. Allí estuvo, hasta 2007, la viña Casas de Giner, cuando el predio fue vendido al grupo Arauco, "lo que marcó el fin de una era", dice el autor.

La Feria del Libro Usado



Vacaciones en Santiago Evento gratuito:
Anécdotas para no perderse la Feria del Libro Usado

El Mercurio Artes y Letras Santiago de Chile
domingo 30 de enero de 2011
Actualizado a las 6:32 hrs.


Es verano y la temperatura no ha bajado de los treinta grados Celsius esta semana. ¿Vale la pena salir de la casa, entre las 10:00 y las 21:00 horas, para ir a ver libros usados a la exposición de la Universidad Mayor? Aquí van algunas razones para hacerlo. ¿Qué significa ser librero? ¿Cómo comienza un oficio que requiere juntar torres de libros y polvo que se van tomando el espacio de una casa? Aquí, cinco respuestas.

SARA MONTT y ANTONIO SOTOMAYOR
Le pregunté si tenía Lo que Varguitas no dijo . Me dijo que sí, que lo tenía, pero que no me lo iba a vender. Estaba guardado en una caja. Encerrado para ser mostrado en la feria del libro usado que todos los años realiza la Universidad Mayor, explicó. Y efectivamente, el jueves de esta semana -día en que comenzó la actividad que convoca a 43 libreros cada año- estaba expuesto, con sus páginas quemadas por el sol -lo que reduce su valor a unos seis mil pesos- en una vitrina que enmarca la obra literaria de Mario Vargas Llosa.

Los elegidos este año

La feria siempre tiene homenajeados. Y esta vez, en su décima novena versión, los escogidos fueron la ganadora del Premio Nacional, Isabel Allende, y el Nobel Mario Vargas Llosa. Primeras ediciones, fotografías y manuscritos de ambos escritores se exponen en una sala dedicada especialmente a ellos. De fondo, suena desde un violín el clásico tango Por una cabeza.

Detrás de cada colección de importantes novelas de ficción, infaltables libros de autoayuda, revistas antiquísimas de El Peneca y documentos históricos únicos, se encuentra el investigador-recolector o librero. "Nosotros los tenemos seleccionados desde hace mucho tiempo", cuenta Horacio Marín, quien se reunió hace diecinueve años con el dramaturgo y librero Luis Rivano para ver si podrían echar a andar el proyecto, "tomando la idea de la feria del libro usado que se hace en Madrid", dice Marín, director de Extensión y Vinculación con el Medio de la Universidad Mayor.

La profesión

Octavio Rivano, hijo del escritor y dramaturgo, cuenta que ingresó al rubro "por obligación. Mi papá armó toda la historia y nos obligó a nosotros a acompañarlo". Iban al Persa sábados, domingos y festivos, y no sólo vendían libros, sino una mezcla de objetos que incluía bicicletas, acordeones, pianos, "lo que llegara". Su padre después arrendó un local en San Pablo. Octavio estudiaba en las mañanas y en las tardes se iba a ayudar en la librería. Después de terminar primero medio no volvió al colegio, pero comenzó a leer más que nunca. Similares son las historias de los 43 otros expositores. Muchos han continuado un negocio de familia y han empezado, porque "había que hacer algo para comer".

Lo que Varguitas no dijo , dice Octavio Rivano, "es muy difícil que lo encuentres". Lo escribió la tía de Mario Vargas Llosa, Julia Urquidi Illanes, como la continuación de "La tía Julia y el escribidor", del ganador del premio de la Academia sueca.

Lo que se ofrece

Otros títulos que se encuentran en la feria de la Universidad Mayor (por lo menos hasta el jueves): Humanismo Social , de Alberto Hurtado cuando era profesor de Pedagogía y Psicología, y El incendio del templo de la compañía de Jesús , de Benjamín Vicuña Mackenna. Otra publicación interesante es un boletín de leyes chilenas editado en Lima en 1882, un año antes de que finalizara la Guerra del Pacífico. A Sergio Fritz, dueño del documento, le sorprende que mientras se libraban batallas, se editaran libros del país enemigo. Cuenta que si dependiese de él "vendería puros libros antiguos", pero que no hay público para eso.

"Tía, ¿no tiene un diccionario español-francés?", dice una joven. Más atrás se ve a un extranjero, algo incómodo, tratando de explicar nuevamente lo que necesita. Carmen Jara, librera, se levanta, toma algunos libros y los muestra: "Yo no entiendo el idioma, pero tengo francés". Carmen dice que antes vendía mucho más, que cuando no se cobraba por estacionamiento en Providencia, llegaba más gente y que en regiones tienen bastante más público. Es la primera vez que la invitan a la Feria de la Universidad Mayor.

Años de feria

"A la primera exposición que hizo la Universidad Mayor llegó mucho público. Estaba toda la crème de la crème . El segundo año fueron menos, el tercero unos pocos, y así. Es que la gente ya podía decir que había venido, que conocía el evento, pero todos los años cambia", dice Luis Rivano, cofundador de la actividad.

Los temas de la feria, antes elegidos por los Rivano (Luis y Octavio), eran generalmente sobre autores chilenos, y como siempre eran homenajeados, asistían al evento. Iban variando: "Homenaje al texto escolar chileno", "Tapas ilustradas de libros", "El diccionario, testimonio de la cultura", "Lecturas para mujeres", "Familias de escritores"... Horacio cuenta que ellos mismos contactaban a los homenajeados. Así conocieron a diversos escritores, aunque a Pablo Neruda lo vio por primera vez cuando iban a vender cosas al Persa.

Una tradición

Todos los años llueve en la feria. Todos los años, a pesar de que se hace en febrero, y de que esta vez, en su inauguración, hicieron 32 grados, los libros se mojan y tienen que secarlos. Otras cosas que pasan: se compran muchas ediciones a bajo precio y se generan contactos, lo que permite que existan vendedores sin local propio, que "viven" exclusivamente de exposiciones itinerantes.

De la primera que se hizo en la Universidad Mayor, se formó la agrupación de libreros José Toribio Medina. Pero, alegando que eran "demasiado comunistas", luego de un par de años se salieron algunos miembros, creando el grupo Pablo de Rokha. Dirigido por Luis Rivano, sus integrantes comandan las actividades de la feria; pero estando ahí no se tiene una cuota mortuoria, es decir, un espacio asegurado en el cementerio, que sí promete la primera asociación.

Con los años, los integrantes de ambos grupos se han dado cuenta de que es más conveniente estar unidos que separados, y el número de rencillas (que no eran pocas), han llegado casi a cero. Todos se conocen. Y aunque casi todos cuentan que partieron por obligación, dicen que no se dedicarían a otra cosa. "No cambiaría nada", sentencia, aunque pasan unos segundos y Luis Rivano corrige sus palabras: "Talvez por un fundo ganadero. Me encantaría tener uno, pero no voy a poder ya, estoy muy viejo".

Francisco Núñez, por oportunidad:
"De repente la gente cambia nomás. Eso le pasó a mi viejo. En la vida tuvo un percance y así llegó a ser librero. Uno llega a ser librero así nomás, porque llega". El padre era empresario de la locomoción colectiva, tenía buses y taxis. Con la recesión de los 80 perdió todo y se hizo librero. Francisco lo ayudaba cuando niño. Dice que él nunca decidió ser librero. Simplemente le tocó. José Manuel Sepúlveda, el Pepe, que entonces era cuñado de su papá, le pasó una bodega con libros donde Francisco pudo poner su primer local. "Antes los jóvenes estaban más botados, había que ver cómo hacer para juntar plata, y no había tanta universidad ni nada. Vendí libros, y en eso me quedé. Llevo como 30 años, y aún me persigue la sombra de mi viejo. Pero este es un trabajo tranquilo, estás planito toda tu vida. ¿Cuándo se ha visto un librero esforzado? Nos gusta mucho conversar con la gente, eso hacemos. Mírame, yo vivo tranquilo", concluye sonriendo.

Ricardo Bravo, por nacimiento:
"¿Cómo empezó todo? Yo diría que al haberme encontrado a los cuatro o cinco años en un mar de 30 o 35 mil libros muy bien elegidos por mi padre. Cosas muy selectas. Él era un gran coleccionista de libros antiguos. Tenía una de las colecciones más grandes del mundo de Pablo Neruda", recuerda. Bravo estudió bibliotecografía en la Universidad de Chile, en Valparaíso, y se dedica hace más de 30 años a esta profesión. "La verdad es que uno es una especie de rara avis . Quedamos muy pocos que tenemos la pasión del librero-anticuario. Son muy pocos lo que invierten y se preocupan por mejorar un libro que les llega en malas condiciones. Desgraciadamente, en Chile, la encuadernación artística, si no murió, está a punto de morir".

José Manuel Sepúlveda, por vocación:
"Yo empecé a los 11 años. En 1954. Soy el librero más antiguo de Santiago", dice José Manuel, el Pepe. Actual presidente de la Asociación de Libreros de Libros Usados y Libreros Anticuarios "José Toribio Medina". "Mi papá trabajaba en los ferrocarriles. Ahí dejaban libros botados, así que él, como sabía que a mi hermano y a mí nos gustaba mucho leer, los juntaba y nos los traía, y a veces se repetían. Yo iba a la calle San Diego, donde había unas 15 o 20 librerías de viejo, y cambiaba o vendía esos libros, y con esa plata compraba otros. Me entró la ambición y empecé a llevar algunos a mi liceo. A los 13 hice mi primer buen negocio. Llevé 'Los titanes de la música', y un profesor que era violinista dijo que todos deberían tener ese libro, y que yo lo estaba vendiendo bien barato. Los vendía a cuatro mil y me costaban mil", recuerda sonriente. "Vendí 44, y le regalé uno al profesor".

Andrés Valenzuela, por oportunidad:
"Mi papá trabajaba en la librería 'Proa', una librería del Opus Dei, y él me ayudó a que me metieran en la librería Altamira. Ahí trabajé veinte años. Me salí para poner la mía propia, la librería "Noreste", de igual nombre que la revista de poesía que yo estaba encargado de distribuir y que después de unos años se acabó. En esos tiempos de librería había mucho roce con escritores como Diego Maquieira o Cristián Warnken. Finalmente quebré y trabajé cuatro años en un puesto, en el aeropuerto, de una empresa librera inglesa. Eso duró cuatro años y la empresa se fue de Latinoamérica". Andrés Valenzuela abrió un puesto en San Diego. Llegó a tener dos, y tuvo que cerrarlos. "Hay que ser medio loco para tener librerías en Chile", dice. ¿Pondrías otra? "Sí", responde.

Luis Rivano, por necesidad:
"Todos me decían que era bueno para contar historias, y tenía montones de historias, yo era carabinero. Me decían que por qué no las escribía, si eran tan buenas y las tenía ahí. Así que escribí una y publiqué mi primer libro: "Esto no es el paraíso", y por eso me tuve que ir de Carabineros".

"¿Por qué empecé en esto? Por necesidad. Tenía que comer. Estaba cesante, sin trabajo. Lo único que tenía era mi biblioteca, mis amados libros. Trescientos, quinientos libros. Algunos muy buenos, incluso primeras ediciones que nunca más he podido conseguir. Algunos autografiados por Neruda. Tuve que ponerme a venderlos. Puse un local chiquitito de compra y venta de libros. Y en eso he estado hace cuarenta años", dice. Rivano es autor de una extensa obra narrativa recién publicada por Alfaguara, y varias obras de teatro, entre ellas "El rucio de los cuchillos", montada hasta el sábado recién pasado por el Teatro Nacional.

Wednesday, January 26, 2011

Libro sigue la huella de los árabes en Chile

Isabel Jara Hinojosa
Doctora en Historia de la Universidad Pompeu Fabra, Barcelona.
Magister (c) en Teoría e Historia del Arte de la Universidad de Chile.
Profesora de Historia y Geografía de la Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación.

Roberto Arancibia Clavel
Doctor en Historia de la Pontificia Universidad Católica de Chile.








Patricia Arancibia Clavel
Doctora en Historia de la Universidad Complutense de Madrid.
Licenciada en Historia de la Pontificia Universidad
Católica de Chile.




El Mostrador 21 de Enero de 2011
Libro sigue la huella de los árabes en Chile
Se trata de la última obra de la historiadora Patricia Arancibia Clavel, el cual relata la llegada de estos pioneros, sus dificultades para establecerse, el florecimiento en la industria, la afirmación de su prestigio social, los éxitos económicos e incluso el ingreso a la política, sin olvidar su cultura y costumbres.
“Tras la huella de los Árabes en Chile. Una historia de esfuerzo e integración”, es el último libro publicado por la historiadora Patricia Arancibia Clavel, en coautoría con Roberto Arancibia e Isabel Jara.

Editado por el Instituto Democracia y Mercado, la obra de 243 páginas presenta la historia de un movimiento migratorio que en todos sus aspectos ha sido beneficioso para Chile.

Basado en testimonios directos, el libro recoge parte de la historia remota y oral de la comunidad árabe, sobre todo la proveniente de Palestina, Siria y El Líbano.

El lector conocerá las causas y motivaciones para dejar su tierra de origen y venir a Chile, en donde construyen su nuevo hogar. Pero no sólo eso, también se relata la llegada de estos pioneros, sus dificultades para establecerse, el florecimiento en la industria, la afirmación de su prestigio social, los éxitos económicos e incluso el ingreso a la política, sin olvidar su cultura y costumbres.

“A partir de la década del 60, la historia de los descendientes de árabes comenzó a identificarse y confundirse con la historia de Chile. Sin embargo, pese al profundo proceso de asimilación con el ser nacional que han ayudado a forjar, los chilenos de ascendencia árabe no quieren perder sus raíces ni su sentido de identidad”, señala un fragmento de la publicación.

Incluido un índice onomástico donde pueden leerse los nombres de decenas de familias radicadas en Chile, el libro está escrito en un lenguaje llano y ameno, pensado para todo público y especialmente para todos aquellos chilenos de esa ascendencia que se reconocerán en las historias contadas.

El libro concluye con una mirada al futuro, pero por sobretodo es la historia de la perseverancia como virtud, del emprendimiento individual como motor del desarrollo, y un ejemplo de integración en la sociedad.


La Segunda Lunes 24 de Enero del 2011
Arancibia Clavel, “biógrafa” de los empresarios, ahora escribe historia de los Von Appen

En una especialista también del mundo empresarial se ha transformado la historiadora Patricia Arancibia Clavel, quien se hiciera marca registrada con su serie “Entrevistas con la historia” y, recientemente, al asesorar la versión televisiva de “Adiós al Séptimo de Línea” que se exhibió en 2010 con motivo del Bicentenario.

Desde el año pasado que el teléfono de su empresa Clio no deja de sonar con nuevos encargos sobre historias de empresas y de grupos empresariales chilenos.

Quienes la conocen confirman que la historia acaba de terminar sendos libros con las historias de Nestlé y el Banco de Chile , entidad que hoy controla el grupo Luksic y que en 2010 celebró sus 100 años con la publicación.

Y recién la semana pasada llegó a las librerías el texto “Los árabes en Chile”, que narra los comienzos de la comunidad árabe católica que se instaló en nuestro país, y cuyos miembros formaron algunos de los principales grupos empresariales locales como el caso de José Said y la familia Abumohor.

Pero los encargos literarios no terminan ahí. Patricia Arancibia trabaja ahora, a toda máquina, en la historia de Embotelladora Andina —cuyo accionista mayoritario es precisamente el grupo Said— y acaba de firmar un contrato para lo mismo con Aguas Magallanes, la sanitaria que recientemente adquirieron los japoneses de Marubeni.

En paralelo, la historiadora está escribiendo la historia de la familia Von Appen. De hecho, tiene previsto viajar este febrero a Blankenese, uno de los barrios más elegantes de la ciudad de Hamburgo en Alemania, de donde proviene el clan que hoy controla el grupo Ultramar.

Wednesday, January 19, 2011

INVITACION A LOS SOCIOS Y AMIGOS DE LA SBCH




Amigos:


Quedan cordialmente invitados al Festival Rosita Renard.

Un lindo
programa para disfrutar en familia.

Viernes 21 enero

Magdalena Matthey

Antumapu

Congreso


Sábado 22 enero

Ensemble Bartok

Coro de Cámara de la Universidad Alberto Hurtado

Camerata de la Fundación Beethoven.

¡Los esperamos!




Luz María Streeter R
Encargada de Cultura
Municipalidad de Pirque
3858521- 7-5180560



Congreso y Magdalena Matthey inauguran Festival de Música Rosita Renard de Pirque
19/Enero/2011 - 09:45
El histórico grupo nacional Congreso y la cantante Magdalena Matthey son parte de los números que se presentarán en la inauguración del Festival de Música Rosita Renard de Pirque.

Por tercer año, y en segunda oportunidad de manera consecutiva, la Corporación Cultural de la Cámara Chilena de la Construcción realizaré este viernes y sábado el tradicional certamen musical.

El 21 de enero, a las 20:00 horas se dará comienzo a este encuentro gratuito, que se llevará a cabo en el Centro Recreacional Cruceral de la comuna de Pirque, en el sector sur oriente de la región.

En la oportunidad estarán Magdalena Matthey, el Ballet Antumapu y cerrará la jornada el grupo Congreso.

Para el 22 de enero, y también comenzando a las 20:00 horas abrirá el festival el Coro de la Universidad Alberto Hurtado, le seguirá Ensemble Bartok Chile y cerrará la noche la Camerata de la Fundación Beethoven.

upi/jn

Monday, January 10, 2011

ROBERTO AMPUERO

Tuesday, January 04, 2011

Placido Domingo Sings At Kennedy Ceremony

Sunday, January 02, 2011

François Fénelon


François de Salignac de la Mothe, más comúnmente conocido como François Fénelon (Périgord; 6 de agosto de 1651 - Cambrai; 7 de enero de 1715) fue un teólogo católico, poeta y escritor francés. Fénelon es más recordado por su Aventuras de Telémaco, un escabroso ataque a la monarquía francesa, probablemente publicado en 1699.

Nació en el Château de Fénelon, en Sainte-Mondane, Périgord.

De Familia noble, Fénelon fue elegido Arzobispo de Cambrai, en 1695, fue preceptor del duque de Borgoña (el nieto del rey Luis XIV). La publicación de una de sus obras, la "Explicación de las máximas de los santos", fue condenada por la Santa Sede y Fénelon fue despojado de sus títulos y rentas, y confinado en su diócesis.

En sus años activos, Fénelon se había opuesto a Bossuet, posteriormente cayó en desgracia por causa del problema del quietismo, la obra de Fénelon ya mencionada fue considerada tendenciosa a favor del quietismo. En 1699, publica sin autorización oficial, una novela "Las Aventuras de Telémaco", considerada como una crítica de la política de Luis XIV. La influencia literaria de esta novela política fue considerable por los siguientes dos siglos.

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