“¿A cuánto queda éste?”, es la pregunta que más se repite durante la tarde. Cualquier valor, al parecer, entra en el rango de lo conversable; 20 poemas de amor y una canción desesperada, de pablo Neruda, está a $ 3.000, pero fácilmente podría ser a $ 2.500. Oportunidades como ésta y otros volúmenes literarios -algunos por sobre los $ 400 mil- se pueden encontrar en la Feria del Libro Usado.
Ubicada en el patio de la Facultad de Artes de la Universidad Mayor (Santo Domingo 711), la feria invita todos los años a miles de visitantes, cuestión que la ha convertido en una de las actividades tradicionales del verano santiaguino. Abierta desde el jueves 23 de enero, la 22ª edición del evento cerrará sus puertas este domingo 9 de febrero.
Cientos de cajas ocupan el patio de la facultad, convirtiéndose cada una de ellas en una promesa para el amante de la lectura que visita el lugar. Allí uno puede encontrarse prácticamente con todo: novela, poesía, textos de cocina, historia, antologías, obras completas, libros académicos, etc. La mayoría de los stands ofrece textos desde los $ 1.000, como El chileno en Madrid, de Joaquín Edwards Bello; Propuesta matrimonial, de Chéjov, o Antología poética, de Gabriela Mistral, sólo por citar algunos títulos. Si uno insiste y recorre los 44 puestos probablemente termine dando con lo que busca. Si no es el caso, no cabe duda, con más de alguna sorpresa se va a encontrar: publicaciones fuera de catálogo o ediciones de la década del 70, como las del desaparecido sello Nascimento.
Luis Rivano lleva 50 años en este negocio y fue uno de los fundadores de la feria. La primera vez que se realizó, recuerda el librero, sólo se instalaron 15 puestos. En aquella ocasión, otros colegas suyos fueron invitados a participar, pero no le vieron mucho futuro a la actividad. Rivano, quien además es novelista y dramaturgo, dice que el interés que les prestó la prensa en esa oportunidad les sirvió para darse a conocer masivamente. Desde entonces, cada año la feria ha aumentado su número de asistentes, como también de expositores.
Bibliófilos como él y lectores ávidos de buenas ofertas recorren sus pasillos. Los asistentes agradecen el trato que se establece con los libreros, pues no sólo se regatean precios, sino que también se habla de literatura.
De más está decir que los poetas chilenos premiados con el Nobel son los más apetecidos por los coleccionistas. “Los libros más valiosos son los que escribió Pablo Neruda y Gabriela Mistral en sus primeras ediciones”, dice Sergio Piña, librero hace cuatro años, pero lector de toda una vida -como él mismo se define- y que por segunda vez participa del evento. En el stand 11 de Eduardo Morel se puede encontrar una primera edición de Una casa en la arena, de Pablo Neruda, con fotografías de Sergio Larraín y firmada por el mismo poeta. Una verdadera joya bibliográfica: $ 350.000 es su valor.
Aunque la feria ofrece libros como ese, de un importante valor histórico, está enfocada en su mayoría hacia los precios bajos. En el stand 19 hay varios ejemplares a $ 2.000. Por ejemplo, Los cuentos de Oscar Wilde, de Editorial Universitaria, o El jugador, de Fedor Dostoievski, así también títulos de Stephen King, como Cell, a $ 4.000. Todos ellos en buen estado.
En narrativa chilena se encuentran Missing, de Alberto Fuguet, a $ 6.900, o Los sinsabores del verdadero policía (Anagrama), de Roberto Bolaño, a $ 12.000, en el stand 28, de Rodrigo Viera. En el mismo lugar hay también una selección de poesía nacional: Al bello aparecer de este lucero, a $ 4.500, de Enrique Lihn, o Lo soñé o fue verdad, de Jorge Teillier, a $ 8.000.
Una de las tradiciones que se ha instaurado dentro de la feria es rendir homenaje a las letras nacionales. En esta oportunidad, aprovechando el centenario del poeta Nicanor Parra, se organizó un “antihomenaje” a su figura y obra. Los visitantes pueden ver primeras ediciones de sus libros, como el de Poemas y Antipoemas, así también algunos manuscritos o sus famosos Artefactos, además de fotografías del autor. Gran parte del archivo pertenece al mismo Luis Rivano.
La cantidad de títulos y ediciones disponibles es inacabable, convirtiéndose en una oportunidad perfecta para satisfacer el apetito literario que despierta el verano.